Reseña | The Sea of Trees (2015)


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Dir. Gus Van Sant | Estados Unidos | 110 minutos

Sinopsis: Un estadounidense y un japonés se conocen en el tristemente famoso «bosque del suicidio», un lugar al que la gente va para quitarse la vida. Tras entablar conversación, abandonan sus proyectos de suicidio y juntos emprenden un viaje a través del bosque. (FILMAFFINITY)

Quisiera saber si es posible denunciar a alguien por intento de homicidio por aburrimiento, de ser así, Gus Van Sant debería telefonear a Roman Polanski para pedirle consejos de cómo evadir a la policía estadounidense por el mayor tiempo posible.

Voy a ser directo, The sea of trees es tan predecible, larga, ñoña, repetitiva, lenta y aburrida que haría sonrojar a quienquiera que haya inventado el melodrama, porque está bien que nuestro protagonista tenga que aprender valiosas lecciones de crecimiento espiritual, pero si para ello recurres al Deus ex machina con un ser espectral de oriente precisamente en un escenario presto para el estereotipo, el siniestro está garantizado.

Para empezar me extraña bastante que un proyecto que tiene a pesos pesados como Matthew McConaughey, Naomi Watts, Ken Watanabe y el ya mencionado Gus Van Sant en la dirección sea tan tristemente pobre, y es que vaya, no se puede ir muy lejos cuando se cuenta con un guión que tiene más clichés que páginas. Comenzamos con un personaje de estos que son antipáticos nada más porque sí que está casado con una mujer (más exitosa financieramente que él) con problemas de alcoholismo quien presenta un problema médico que sacude su terrible y psicológicamente violenta monotonía. Bueno, esto de drama/dramón no baja. Todo lo mencionado anteriormente lo vemos intercalado con imágenes de nuestro protagonista -evidentemente en otra linea de tiempo- vagando por el «bosque de los suicidios» japonés. No hace falta ser un genio para saber qué llevó a nuestro amigo a ese famoso lugar. No bastos con hacernos querer ir por una caja de pañuelos desechables por dicha tragedia, nos fumamos casi dos horas de una reiteración interminable de lo sucedido en la vida conyugal del personaje de McConaughey y lo terrible de no poder salir de nuestro ya citado bosque. Y lo vemos discutir, y lo vemos intentado escapar, y lo vemos pelear, y lo vemos buscando el camino… En fin.

Aún cuando estamos frente a un guión que seguramente surgió de la fascinación del escritor al leer un articulo sobre este lugar (los que no hemos visitado Japón nos enteramos así de su existencia), lo más terrible termina por ser que no existe una manera fresca de contar una historia ya de por sí perteneciente al mundo de lo simplón, y de eso si podemos culpar a los que llevaron este remedo de libreto a la pantalla, porque lastimosamente no hallamos un ápice de identificación con nada ni nadie, las interpretaciones son grotescas, es visualmente redundante y su dirección es tan cursi que no se vomita sólo para no desperdiciar lo previamente ingerido.

Esta es una película que por ninguna razón recomiendo visionar, y si aquel que desea hacerlo lleva a cabo dicha locura lo hará bajo su propia responsabilidad y sabiendo que puede entrar en estado de narcosis irreversible. The sea of trees, un puto mar de somnolencia.

Por Jonathan Mata Richardson

(Ver trailer)

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