Dir. Nacho Vigalondo / España / 95 minutos
Si Nacho Vigalondo tiene una ventaja enorme sobre la mayoría de los cineastas que no dirigen en Hollywood es su indudable capacidad creativa para contar mucho con muy poco.
Todo inicia con un hombre de nombre Julio que despierta en casa de una desconocida llamada precisamente Julia, y lo que comienza como una situación incomoda entre dos personas que pasaron la noche juntas sin conocerse, se transforma en una cascada de acontecimientos inexplicables a los que deben dar respuesta. Cuando Julio y Julia descubren que no solo los teléfonos no tienen señal, sino que tampoco hay internet ni televisión, se sorprenden al no escuchar ruido de las calles, y al asomarse para tratar de buscar una explicación se dan cuenta de que sobre la ciudad está posado un gigantesco platillo volador. Después de recibir la visita de un extraño vecino (evidentemente interesado en Julia) que les explica que la ciudad fue desalojada por los militares ante una invasión de al menos 30 de naves en distintos puntos de España, llega a la casa Carlos, el novio de Julia. Ángel, el vecino, con una actitud muy mezquina de evidentes celos, amenaza a Julia con contarle a Carlos sobre la noche que pasó con Julio si no lo hace ella misma; de ahí en adelante todo comienza a desenvolverse en un ambiente de absoluta desconfianza ante la teoría de que existen extraterrestres infiltrados que se hacen pasar por humanos.
Extraterrestre es una propuesta que en mi opinión personal termina por caerse a pedazos, sin embargo el modo de hacer una ciencia ficción tan minimalista con apenas 5 personajes, un par de locaciones y una nave espacial asomada tras un edificio, es bastante digno de aplaudirse.
Por Jonathan Mata Richardson
CinePárrafos 
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