Dir. Magdalena Piekorz | Polonia | 76 minutos
Sinopsis: Marta es una joven escultora que es emocionalmente dependiente de su dominante madre. Ella llama a su hija todos los días y controla constantemente su vida en todos los aspectos, tratando de no dejar que viva su vida libremente. Cuando Marta finalmente se casa y quiere tener un bebé, su madre intenta desesperadamente mantener el amor de Marta sólo para ella. (FILMAFFINITY)
Hay películas que duelen en el corazón por el tema que tocan, por su historia, o por sus interpretaciones, pero también las hay que duelen por la pobreza con la que están contadas. Este, señores, es el ejemplo perfecto de por qué no es posible hacer una película, siquiera decente, a partir de un guión escrito con las patas.
Cuando vemos una de estas biopics de dos horas y media que se estrenan en otoño, vemos como se condensa una historia de vida en un lapso de tiempo relativamente corto, y en veinte minutos quizá veamos la infancia, adolescencia y juventud de un personaje, porque claro, lo que importa es lo que viene el resto del tiempo. ¿Por qué digo esto?, bueno, en Zblizenia vemos cómo nuestra protagonista le presenta a su madre a un hombre que conoció en linea, para luego darse cuenta de que él no es la persona con la que se escribía, lo que la lleva a salir en busca del escritor fantasma que redactaba esos e-mails en su lugar (háganme el favor); una vez que da con él vemos el modo en que ella le reclama lo hecho y todo deriva en una inevitable boda, porque claro, así es el amor… ojo, esto no es un resumen, escena tras escena es lo que pasa en el filme, y en un lapso de 11 minutos estamos viendo cómo la pareja ya convive del modo más casual del mundo. Ah por cierto, la película dura menos de una hora con veinte, y una serie interminable de sucesos similares van surgiendo cada que uno parpadea. Una verdadera muestra del esfuerzo y trabajo en equipo de un grupo de personas que tienen el sentido del ritmo completa y absolutamente jodido, y aún así dijeron «por qué no, vamos a hacer cine».
Por si todo esto no fuera ya suficientemente grosero, cada que nuestra protagonista comparte cámara con su madre, la película nos dice, «mira, estas dos no se soportan, ¿ya viste?, se odian a muerte, ¿te quedó claro?, hay una relación malsana».. ¡Madre mía!, y sucede de principio a fin. No bastos con pasarse la vida restregándonos el tema central de la historia, progresivamente nos van saturando de «tragedias» inspiradas en cualquier telenovela de Telemundo, que lo único que consiguen es que deseemos que Marty McFly viaje en el tiempo para impedir que esta película haya sido concebida. Si, constantemente pensé en Back to the future para evadirme mientras contemplaba este atentado cinematográfico.
Aunque las actuaciones, junto a la ambientación, son lo más rescatable de este filme, no encuentro motivos suficientes para no advertirles sobre lo nocivo que puede resultar para la salud mental el visionado de esta obra, por ende los insto a evitarla a toda costa… aunque si están buscando terminar una relación y no saben cómo, les recomiendo invitar a su pareja a verla, porque lo más seguro es que después de ser sometidos a tal tortura desaparezcan ipso facto de su vida. Zblizenia, la segunda peor tragedia en la historia de Polonia.
Por Jonathan Mata Richardson
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