Reseña | Hotel Transylvania 2 (2015)


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Dir. Genndy Tartakovsky | Estados Unidos | 89 minutos

Sinopsis: La rígida política de “sólo para monstruos” establecida por Drácula para el Hotel Transylvania se ha relajado por fin y se han abierto las puertas también a huéspedes humanos. Pero, de ataúdes para dentro, Drácula está preocupado al ver que su adorable nieto Dennis, medio humano y medio vampiro, no muestra signos de ser vampiro. Así que mientras Mavis está ocupada visitando a sus suegros humanos en compañía de Johny –e inmersa ella misma en su propio choque cultural– el abuelito Drácula recluta a sus amigos para hacer que Dennis pase por un campamento de “entrenamiento de monstruos”. Lo que ellos no saben es que el gruñón padre de Drácula, Vlad, está a punto de visitar a la familia en el hotel. Y cuando Vlad descubra que su bisnieto no es de sangre pura –y que los humanos también son ahora bienvenidos en el Hotel Transilvania– las cosas se van a poner complicadas. (FILMAFFINITY)

Es irónico que las cintas animadas que traen de vuelta el espíritu de los monstruos clásicos de Universal sean de algún modo de los filmes más tiernos hoy en día, lo cual puede tomarse para bien o para mal. A algunos puede no gustarles la forma, a veces boba, de adaptar a nuestros días un universo al que muchos han rendido culto durante décadas, sin embargo lo que hace de los filmes de Hotel Transylvania una absoluta necesidad es que las inquietudes individuales y sociales que dieron origen a todos estos personajes permanecen intactas.

A diferencia de su antecesora, Hotel Transylvania 2 logra un equilibrio mayor entre el gag y la reflexión. Los personajes principales intentan resolver sus apegos y vencer sus miedos a través de decisiones, hasta cierto punto, drásticas. Los conflictos a resolver en este filme hacen que nuestros protagonistas expresen emociones más complejas, los vemos temer por situaciones que ponen en riesgo la pérdida de su identidad, y somos testigos del modo en que están dispuestos a poner en riesgo sus propios lazos para conservar lo que más aman.

Habiendo profundizado un poco en el «valor filosófico» de esta cinta animada, reconozco que aún siendo una propuesta bastante divertida no consigue superar a su primera parte en términos generales, la mayor parte de los elementos humorísticos son chistes que hacen alusión a la primera entrega, además de infinitas referencias a la tecnología, que si bien nos pueden hacer mucha gracia hoy en día, son perjudiciales para el envejecimiento del filme.

Hotel Transylvania 2 es una película capaz de sacarnos risas constantes, no obstante, son risas de mediana o baja intensidad; por momentos pareciera que los instantes emotivos y tiernos cobran un mayor impacto en el espectador que el humor en sí mismo. Mi sensación en general termina siendo que este filme lo tiene todo, pero en dosis bajas y casi inefectivas. Más allá de lo mencionado en los dos primeros párrafos creo que estamos ante una propuesta buena (a secas) que se encontró con unos zapatos que no fue capaz de llenar y se vio obligada a recurrir al reciclaje.

Puede que por momentos mi juicio parezca severo, pero la primera parte fue una cinta que disfruté plenamente y tengo muy pocas quejas con respecto a ella, no obstante, aunque por momentos parezca que no me gustó, sí recomiendo ver Hotel Transylvania 2, porque aún siendo medianamente efectiva es una propuesta divertida llena de buenos chistecillos y momentos emotivos, y se goza, aún cuando probablemente no termines incluyéndola entre tus favoritas del 2015. De nueva cuenta el veredicto corresponde a cada uno.

Por Jonathan Mata Richardson

(Ver trailer)

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