Reseña | 600 Millas (2015)


600_miles_still

Dir. Gabriel Ripstein | México-Estados Unidos | 85 minutos

Arnulfo Rubio (Kristyan Ferrer) trabaja para su tío en un negocio que consiste en comprar armas legalmente en Estados Unidos a través de un joven de esta nacionalidad y transportarlas a México en vehículos modificados capaces de almacenar una gran cantidad de armamento. Hank Harris (Tim Roth), un agente de la ATF encargado de seguirles la pista, interviene en un momento en el que Rubio y su compañero son encarados por un hombre a quien le habían robado. En medio de la trifulca Harris queda inconsciente, por lo que la reacción inmediata de Rubio es subirlo a su camioneta y llevarlo atado de manos hasta el lugar donde se encuentra su tío, recorriendo un camino de 600 millas durante las cuales ambos personajes deben convivir para fin de mantener cada uno su propia integridad.

Existen dos puntos específicos desde los que puede apreciarse/juzgarse esta película, el primero es desde la mirada del espectador que escucha o lee de terceras personas sobre la situación que se vive entre México y Estados Unidos, y la segunda es desde adentro. Lo anterior queda dicho porque pareciera que los mexicanos hemos perdido cierta sensibilidad ante estos temas, de cuya existencia nos atiborramos con solamente leer las noticias (las que no están manipuladas), y la verdad es que veo con tristeza esa naturalidad con la que hoy en día procesamos esos temas; no obstante al momento que uno desconecta ese lastimosamente vasto bagaje la cosa cambia. 600 millas es un retrato de la incapacidad por parte de las autoridades para frenar una vorágine delictiva que se incrementa conforme crece la demanda de las propias organizaciones criminales, y que opera a sus anchas gracias a la falta de control en ambos lados de la frontera. La importancia de esta cinta radica en ser una obra que denuncia la ineptitud de ambos sistemas, por un lado tenemos el ejemplo de un chico que entra a una tienda de armas (con aspecto bastante dudoso), a quien se le vende lo que pida con lo sólo presentar una licencia de conducir y llenar un formulario; en la otra parte basta con mostrar el pasaporte mexicano para entrar de regreso al país, sin más.

Analizando estrictamente el aspecto técnico y narrativo de esta propuesta, nos encontramos un guión con diversas flaquezas que se justifican con un par de explicaciones rocambolescas por parte del realizador y guionista, quien llena la película de elementos peculiares que muchas veces no tienen función alguna. A pesar de que el desempeño de los actores es bueno hay que recalcar que Gabriel Ripstein contaba con actores que pudieron haber dado mucho más, pero que lamentablemente por momentos se veían actuando en automático. La cinta está muy bien filmada, y el aspecto sonoro es digno de aplaudir. 600 millas es una película que vale la pena ver y cuyo futuro es mas que prometedor.

Por Jonathan Mata Richardson

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