Dir. Gillian Robespierre / Estados Unidos / 84 minutos
Si buscáramos en el diccionario la definición de anti comedia romántica probablemente aparecería el póster de Obvious Child a un costado, y no, no es la mejor anti comedia romántica de todos los tiempos, ni siquiera la mejor de este año, pero tiene lo suyo.
Donna Stern es una comediante de stand up que merodea los 30 años quien acabada de ser fríamente abandonada por su novio, el cual ha mantenido una relación a sus espaldas desde hace algún tiempo; aunado a ello es informada de que la librería en la que trabaja está próxima a cerrar, motivo evidente por el que se encuentra a la puerta del desempleo, además claro de tener una madre que la ignora, un padre no muy brillante y un publico que está cada vez mas enfadado de sus rutinas de comedia terapéuticas. Lo siguiente es que Donna conoce a un chico en una borrachera con el que a priori no parecería tener mucho en común pero con el que acaba compartiendo la cama. Semanas mas tarde, y sin saber mas de aquel joven, se entera de lo evidente… está embarazada, pero ha decidido abortar. Después de tomar la firme decisión es citada para el llevar a cabo el procedimiento el 14 de febrero, sin embargo después de que el chico regresa a su vida las cosas dejan de verse tan claras.
Obvious Child es la clase de cinta que desordena el esquema, nos termina por entregar lo mismo que cualquier cinta romántica pero nos lo da de un modo distinto. Un punto digno de subrayar es que la actriz que interpreta a Donna (Jenny Slate) puede no agradar a muchos, pero si se logra superar esa barrera la película se vuelve bastante agradable.
Por Jonathan Mata Richardson
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